Es posible no saber qué decir o guardar silencio durante la sesión. El silencio también es parte del proceso y puede revelar algo. De igual modo, es importante que sepas que puedes hablar de lo que quieras, en el sentido más amplio y no es condición que en tu relato estén presentes hechos “importantes” o demasiado íntimos, salvo que vaya surgiendo de ti.
Esto no quiere decir que “hablar hace bien” y eso es todo.
Quiere decir que, cuando hay conflicto y sufrimiento subjetivo, se hará oír a través de cualquier material, siempre que el sujeto se sienta alojado en su singularidad. Es eso lo que el espacio analítico posibilita.